Un gestor de punto de venta (GPV) es el profesional encargado de garantizar que los productos y servicios de una marca se presenten de manera efectiva en los establecimientos comerciales. Su misión principal es maximizar el impacto en el punto de venta, asegurando la correcta ejecución de las estrategias de marketing, distribución y promociones diseñadas por la empresa.
Desde supervisar la disposición de los productos hasta analizar los resultados de las ventas, el GPV se convierte en un aliado esencial para optimizar la experiencia del cliente y, en última instancia, aumentar las ventas.
El GPV desempeña un papel crucial en diversas áreas estratégicas del negocio. Su labor se centra en cuatro pilares fundamentales: producto y distribución, precio, promoción y la relación con el cliente.
El GPV asegura que los productos estén siempre disponibles en el punto de venta, en las cantidades adecuadas y en las ubicaciones estratégicas dentro de la tienda. Además, supervisa que la logística y distribución sean efectivas, minimizando roturas de stock y optimizando los tiempos de reposición.
De esta manera, los consumidores siempre encuentran lo que necesitan, mejorando la percepción de la marca y favoreciendo la fidelización.
Un GPV también monitoriza que los precios sean correctos y estén actualizados en todos los puntos de venta. Esto incluye verificar el cumplimiento de promociones, descuentos y precios especiales.
El control del precio ayuda a evitar inconsistencias que puedan generar una mala experiencia de compra, garantizando que la estrategia comercial se refleje de manera efectiva en el consumidor final.
Las promociones son esenciales para captar la atención de los clientes y aumentar las ventas. El GPV es responsable de supervisar que todas las campañas promocionales estén correctamente implementadas en los puntos de venta.
Esto incluye desde la colocación de materiales POP (punto de compra) hasta el seguimiento de resultados, evaluando el impacto de las acciones en el comportamiento del consumidor.
Un GPV no solo se ocupa de los aspectos tangibles del punto de venta, sino que también juega un papel clave en mantener una relación cercana y efectiva con los clientes.
Desde escuchar sus necesidades hasta proporcionar soluciones rápidas y efectivas, el GPV ayuda a construir una relación de confianza entre la marca y los retailers. Este enfoque centrado en el cliente fomenta la lealtad y crea oportunidades para futuras colaboraciones.
En definitiva, un gestor de punto de venta es la pieza clave para garantizar que las estrategias comerciales de una marca se traduzcan en resultados visibles y sostenibles en el punto de venta. ¿Quieres potenciar tu presencia comercial? ¡Cuenta con Traycco y nuestros servicios especializados!